23 de agosto de 2016

Carta a un Amigo Injustamente Encarcelado



Las formalidades de la diplomacia hacen que los organismos internacionales se sientan lejanos y ajenos. Los discursos son pesados y largos. Y sus acciones están llenos de condicionamientos, especialmente si son sanciones, que las hace lentas, excesivamente cuidadosas y muchas veces cuando al fin se concretan parecen de poco efecto.

Algunos gobiernos, como el venezolano,  se aprovechan de estas circunstancias y con los más rebuscados criterios evaden los justos reclamos que se presentan en estos foros.

Luis Almagro, el actual Secretario General de la OEA, con una percepción lúcida encontró una forma de comunicarse más personal directa y efectiva, la forma epistolar. Tal vez escribir cartas le reste formalidad a lo que dice, pero la fuerza que comunica, un sentimiento que todo el mundo comparte y se siente como una gran tragedia, compensa y logra alcanzar su objetivo:

Que es tan simple como que se entienda lo que aquí pasa realmente.


Apenas empezar a leer la carta, dirigida afectuosamente a Leopoldo López, la primera gran sorpresa: Así de poderoso e influyente ha sido el lobby chavista todos estos años que el mismo Secretario General de la OEA no sabía al principio que el juicio de López era una represalia política.
Te soy sincero, en un principio, trás tú detención, no sabía que eras un preso político. El gobierno había convertido la mentira en verdad continental; recién cuando vi la sentencia, asimilé palabra por palabra el horror político que vive tú país
Se dio cuenta el simbolismo libertario que representa López y lo demás presos políticos es de tal calibre que solo se logrará su liberación cuando nos desprendamos de este gobierno, no antes.

En una parte de la misiva hay una frase que es la que más ha llamado la atención
La sentencia que reafirma tu injusta condena marca un hito, el final de la democracia en Venezuela
Parece que ya no hay nada que hacer ante la muerte del estado de derecho en Venezuela pero realmente afirma todo lo contrario es el momento en que hay que confrontar más fuertemente al régimen. Como diríamos usando una expresión venezolana es el momento de “echarle pichón”.

Muchas cosas se dicen en esta carta que revelan la gran preocupación que siente Luis Almagro que trascienden su rol de funcionario de un ente continental que dice de forma sentida lo que le preocupa nuestra país, donde ofrenda su amistad a Leopoldo Lopez y a todos los venezolanos que no nos quebramos ante los abusos de este gobierno.

Esta carta tiene un final semejante a otros escritos que parecen que hablarán todos en sintonia. Todos los caminos conducen a Roma y todos los análisis, artículos de opinión, postura de países del continente y personalidades que he leído, después de desarrollar todos los graves problemas del país y sus posibles arreglos, siempre pero siempre desembocan en la misma solución:

Hay que convocar el Referendo Revocatorio este año

Que es la solución pacifica electoral y constitucional. No resolverá la situación económica inmediatamente, pero al desenredar la situación política dará pie para que se enrumbe la solución económica.

Por eso es que todos debemos sumarnos a la gran Marcha del Primero de Septiembre que presionará para que se haga el referendo.

Luis Almagro por favor sigue mojando la pluma en el tintero y sigue escribiendo cartas que ayuden a Venezuela a salir adelante.

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